viernes, 2 de octubre de 2009
GRAN APORTE A LA MUSICALIDAD DEL PUEBLO CUBANO.
El pueblo cubano es uno de los pueblos que mas a contribuido a la música en el mundo, su diversidad de ritmos lo hacen acreedor. A esta cualidad contribuyo mucho un músico holandez, que como muchos otros extranjeros fue cautivado por la magia de la isla, asentándose en ella y contribuyendo con su talento al desarrollo de la cultura cubana. A continuación una síntesis de tan prestigioso trabajo.
El 1ro. de octubre de 1885: Hubert de Blanck funda en La Habana el Conservatorio de Música y Declamación. Ese destacado pianista, compositor y profesor holandés viajó por primera vez a Cuba en 1882, y al año siguiente se estableció definitivamente en la Isla. El conservatorio se identificó inicialmente con su apellido, y posteriormente como el Conservatorio Nacional, el primero de ese tipo organizado metodológicamente en Cuba.
Cuando llego a la Habana por primera vez, tenía 27 años y se dejó escuchar en el antiguo Centro Gallego (hoy Gran Teatro de La Habana), en un recital adonde asistieron varios de los más prominentes músicos de entonces, como Nicolás Ruiz Espadero, Ignacio Cervantes y Pablo Desvernine.
En 1891 se presentaron los dos últimos proyectos para buscar respaldo financiero, a fin de crear una academia pública y gratuita, y no fueron aprobados.
Así fue como De Blanck debió entregarse con vehemencia a su propósito, enfrentando incomprensiones y críticas de sus detractores. Pero el respaldo moral fue mayor, y le dio la perseverancia suficiente para lograr la apertura del Conservatorio de Música y Declamación.
Cuentan que su creatividad fue significativa en el campo de la enseñanza musical. Los primeros concursos para estudiantes de la manifestación que tuvieron lugar en la Isla, se debieron a la iniciativa de De Blanck, para estimular a los mejores alumnos graduados en el primer curso de 1885-1886.
Hubert De Blanck debió emigrar en 1896 a los Estados Unidos por sus actividades en contra de la colonizacion, hasta culminar la guerra hispano-cubana-norteamericana. Sin embargo, cuando volvió, tendría que realizar ingentes esfuerzos por rescatar el Conservatorio de Música y Declamación que le sería negado.
Pero De Blanck no cesó en su empeño por continuar la enseñanza de la música en Cuba, y aquel mismo año de su regreso: el 28 de noviembre de 1898, anunció oficialmente la apertura del nuevo Conservatorio Nacional de Música de La Habana, que abriría en 1899, para dar continuidad a su labor docente musical.
El escritor y musicólogo Alejo Carpentier, quien hacia 1947 figuró como profesor de Historia de la Música en el Conservatorio, destacaría que en aquel centro docente “la enseñanza musical era seriamente impartida, con el concurso de los mejores profesores del momento”.
Luego de la muerte de Hubert de Blanck, el Conservatorio Nacional de Música de La Habana continuó bajo los cuidados de su viuda Pilar Martín, junto a sus hijas Margot y Olga, también reconocidas intérpretes y pedagogas; quienes en 1947 inauguraron un nuevo edificio en El Vedado de La Habana, donde hoy radica la sala de teatro que lleva el nombre del músico holandés. Allí, la primera mirada destaca un busto erigido en honor de Hubert de Blanck, que depositaron quienes fueron alumnos suyos en 1928, erigido por el escultor Juan J. Sicre.
Mucho tiempo después, en 1959 y al constituirse la Junta Consultiva de la Enseñanza de la Música, que se encargaría de estudiar, revisar y confeccionar nuevos planes y programas para esa disciplina, el Conservatorio Nacional de Música de La Habana se integró al sistema de instituciones y escuelas de arte. Hasta entonces, los certificados, notas y títulos expedidos por el Conservatorio, conservaron impreso con orgullo: “El primero establecido en Cuba. Fundado en 1885 por Hubert de Blanck”.
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