jueves, 10 de diciembre de 2009

LA MAS GRANDE ESCRITORA CUBANA DEL SIGLO XX.

Dulce María Loynaz del Castillo, la más grande escritora cubana del siglo XX, galardonada en 1987 con el Premio Nacional de Literatura. Fue la primera mujer latinoamericana en recibir, en 1992, el Premio Miguel de Cervantes. Su hogar fue sede de las más afamadas tertulias literarias cubanas . Su novela “Jardín” sigue constituyendo un misterio y un reto para críticos y lectores

Nació en La Habana un día como hoy 10 de diciembre del 1902. Hija del general del Ejército Libertador Enrique Loynaz del Castillo y hermana del poeta Enrique Loynaz Muñoz.

De joven estudió bajo tutores selectos sin tener que salir de su hogar. Publicó, a los diez y siete años, sus primeros poemas en La Nación, en 1920, año en el que también visita a los Estados Unidos y casi toda Europa.

En 1927 pasó los exámenes del doctorado en Derecho Civil, por la Universidad de la Habana, profesión que practicó, aunque a desganas, durante su vida adulta, pero que dejó de ejercer en 1961.

En 1950 publicó crónicas semanales en El País y Excélsior. También tiene colaboraciones en Social, Grafos, Diario de la Marina, El Mundo, Revista Cubana, Revista Bimestre Cubana, Orígenes.

Invitada por la Universidad de Salamanca, asistió a la celebración del V centenario del nacimiento de los Reyes Católicos (1953). Fue electa miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras en 1951, de la Academia Cubana de la Lengua en 1959 y de la Real Academia Española de la Lengua en 1968. Ha ofrecido conferencias y lecturas, tanto en Cuba, como en Hispano américa y en España.

Ha recibido muchos premios, entre los que podemos mencionar: Orden Carlos Manuel de Céspedes, Orden Félix Varela, Distinción por la Cultura Nacional y Medalla Alejo Carpentier (Cuba) y Orden de Alfonso X el Sabio (España). Fue galardonada con el Premio Nacional de la Literatura (1987), Premio de la Crítica (1991) y Premio Miguel de Cervantes (1992). Murió en la Habana en 1997.

A continuación uno de sus versos:


EN MI VERSO SOY LIBRE

En mi verso soy libre: él es mi mar.
Mi mar ancho y desnudo de horizontes...

En mis versos yo ando sobre el mar,
camino sobre olas desdobladas
de otras olas y de otras olas...

Ando en mi verso; respiro, vivo, crezco
en mi verso, y en él tienen mis pies
camino y mi camino rumbo y mis
manos qué sujetar y mi esperanza
qué esperar y mi vida su sentido.

Yo soy libre en mi verso y él es libre
como yo. Nos amamos. Nos tenemos.

Fuera de él soy pequeña y me arrodillo
ante la obra de mis manos,
la tierna arcilla amasada entre mis dedos...

Dentro de él, me levanto y soy yo misma.

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